El Gran Premio de Singapur se incorporó como prueba puntuable al calendario del mundial de la Fórmula 1 en 2008, un año después de que la FIA informase que sería la primera carrera nocturna de estas características en la historia de la Fórmula 1. Así se facilitaría que los telespectadores de Europa pudieran disfrutarla durante el día y no durante la madrugada, lo que la hubiera hecho menos accesible. Fernando Alonso fue el primer piloto en ganar este Gran Premio, con Renault.

La carrera, que se celebra a 61 vueltas, tiene lugar en el Circuito Urbano de Marina Bay, que puede llegar a acoger más de 80.000 espectadores. De 5,067 km y 24 curvas, muchas de ellas son muy cerradas, lo que lo convierte en un trazado muy exigente, donde son difíciles los adelantamientos. En muchos aspectos recuerda al mítico circuito de Mónaco y al de Valencia. Además, los pilotos corren en el sentido inverso a las agujas del reloj. Entre rascacielos y lujosas avenidas, los monoplazas pueden alcanzar altas velocidades en rectas como la de Esplanae Drive o Raffles Boulevard. Además, para asegurar la seguridad y la visión durante todo el transcurso de la carrera, cuenta con unos 1.600 focos distribuidos a lo largo de todo el recorrido.

Es un circuito muy exigente para el piloto, tanto a nivel anímico como físico (pudiendo llegar a perder hasta tres kilos por culpa del calor y la humedad). La concentración debe ser máxima. Por su parte, los monoplazas pueden llegar alcanzar una velocidad máxima de 323km/h y tanto el desgaste de frenos como de neumáticos es muy elevado. También el consumo de combustible es alto debido a las continuas frenadas y aceleraciones.

Singapur es pequeño, pero con muchas cosas que hacer y visitar, por lo que merece la pena aprovechar la ocasión pare descubrir sus encantos.